Libro prohibido por el Consejo de Estado de Agustín de Iturbide en 1822, la Junta de censura del obispado de Durango en 1823 y el Cabildo eclesiástico de Michoacán en 1824. Fue vetado por contener seis proposiciones heréticas y cuestionar la autoridad del papa en los Estados nacionales.
Ejemplar recuperado de la Colección Digital de la Universidad Autónoma de Nuevo León, disponible aquí.
Compendio del origen de todos los cultos fue prohibido en 1822 por el Consejo de Estado de Agustín de Iturbide por plantear que el cristianismo está basado en mitos antiguos. Tuvo una traducción al español publicada en Burdeos en 1821.
Ejemplar recuperado de la Biblioteca Nacional Digital de México, disponible aquí.
A pesar de ser una novela epistolar romántica, Julia, o la nueva Eloísa fue prohibida por el obispo de Puebla en 1828 y el obispo de Yucatán en 1838 debido a que el autor era considerado un hereje por la Iglesia católica. Toda obra de Rousseau se decomisaba en las aduanas mexicanas tan pronto era identificada.
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Libro prohibido por el obispo de Puebla en 1828 y el obispo de Yucatán en 1838 debido a que contenía Cartas persas, texto en el que Montesquieu cuestionó la existencia de Dios y criticó las prácticas de la Iglesia católica.
Ejemplar recuperado de la Biblioteca Nacional Digital de México, disponible aquí.
Primer tomo de La moral universal, del barón de Holbach. Fue prohibido por el gobierno diocesano de Oaxaca en 1838 por contener proposiciones ateas.
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Tercer tomo de La moral universal. En la cubierta se observa la etiqueta comercial de Ernesto Masson, librero francés que vendió en México diversos libros prohibidos en las décadas de 1820 y 1830.
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Las biblias de la Sociedad Bíblica Americana fueron perseguidas en México después de 1828 porque no incluían notas marginales aprobadas por la Iglesia católica ni los “apócrifos”, textos que los protestantes consideran ajenos al canon del Antiguo Testamento.
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